Descubren cuál es el mecanismo molecular que explica el “efecto rebote” de las dietas

Descubren cuál es el mecanismo molecular que explica el “efecto rebote” de las dietas

 

Opinión de la Dra. Mónica Katz, Directora de Posgrados UF, en Infobae.

Un nuevo estudio publicado en la revista Nature reveló cómo la grasa no olvida su pasado y uno de los científicos que lideró la investigación contó a Infobae qué implica este hallazgo. Cómo se puede evitar recuperar los kilos perdidos

Después de meses o años de un descenso del sobrepeso, los kilos pueden volver a acumularse y dejan a las personas nuevamente en el punto de partida. Puede ser frustrante, pero no se debe a la falta de voluntad como se suele creer.

Se llama “efecto rebote” o “yo-yó” y está relacionado con la memoria metabólica que dificulta el mantenimiento del peso perdido.

Una nueva investigación reveló mecanismos moleculares detrás de ese rebote. Es decir, explicó cómo la grasa “recuerda” el sobrepeso del pasado y se resiste a los intentos de adelgazar.

El trabajo fue realizado por científicos de Suiza, España, Alemania y Suecia y publicado en la revista Nature.

En diálogo con Infobae, uno de los líderes del equipo Ferdinand von Meyenn, del Laboratorio de Epigenética Metabólica y Nutrición de la universidad pública ETH Zurich, de Suiza, comentó: “Nuestro estudio subraya la importancia de la prevención, es decir, una alimentación más sana (y menos), la actividad física y el enfoque general en no volverse obeso en primer lugar”.

El acceso a espacios para fomentar la actividad física es probablemente un buen camino a seguir, afirmó el científico. “Las bebidas azucaradas son claramente un problema importante y un posible impulsor de la obesidad”, recalcó.

Además, von Meyenn añadió: “Si una persona es obesa, sigue siendo muy importante que reduzca el sobrepeso. Puede ser de ayuda saber que la reducción no es difícil porque sean “débiles” o no tengan fuerza de voluntad”. Está relacionado con que el mismo cuerpo lucha contra eso.

¿Qué es el efecto rebote o yo-yó?

De acuerdo con la Academia Española de Nutrición y Dietética, bajar de peso es relativamente fácil. Pero mantenerse en ese rango saludable no lo es.

Cuando esa ecuación falla, aparece el “efecto yo-yó”: una recuperación del peso, seguida de un nuevo intento por adelgazar. Si se vuelve a fracasar, es muy probable que la persona vuelva a proponerse perder esos kilos de más.

A través del estudio publicado en Nature, los investigadores analizaron cómo la llamada memoria epigenética en el tejido adiposo contribuye al efecto yo-yo.

Encontraron que las células adiposas de ratones y humanos que han pasado por obesidad y posterior pérdida de peso mantienen patrones de actividad genética alterados.

Cómo se hizo el estudio

Analizaron células adiposas de ratones con sobrepeso y de aquellos que habían perdido su exceso de peso tras hacer dieta. Sus investigaciones revelaron que la obesidad provoca cambios epigenéticos característicos en el núcleo de las células adiposas.

Lo especial de estos cambios es que permanecen incluso después de una dieta. Se demostró que los ratones con esos marcadores epigenéticos recuperaban peso más rápidamente cuando volvían a tener acceso a una dieta rica en grasas.

También hallaron pruebas de este mecanismo en humanos. Los investigadores analizaron biopsias de tejido adiposo de personas con sobrepeso que se habían sometido a cirugía de reducción de estómago o bypass gástrico.

Las muestras de tejido procedían de diversos estudios realizados en el Instituto Karolinska de Estocolmo y en hospitales de Leipzig, Dresde y Karlsruhe. En esas muestras, se analizaron la expresión génica en lugar de marcadores epigenéticos. Los resultados coincidieron con los de los ratones.

Por ahora los investigadores no saben cuánto tiempo pueden recordar las células grasas. “Son células longevas. Viven una media de diez años antes de que nuestro cuerpo las reemplace por células nuevas”, afirmó Laura Hinte, quien forma parte del grupo del doctor Ferdinand von Meyenn.

¿Cómo evitar el efecto rebote?

Por el momento, los investigadores aclararon que no se puede borrar la memoria epigenética. No es posible modificar las marcas epigenéticas relevantes en el núcleo celular con fármacos y borrar así la memoria epigenética.

“Quizá eso sea algo que podamos hacer en el futuro. Pero por el momento, tenemos que vivir con este efecto memoria”, comentó Hinte en un comunicado.

Sin embargo, especialistas médicas consultadas por Infobae valoraron el estudio y señalaron que mucho se puede hacer a partir del nuevo conocimiento.

“El hallazgo sugiere que las células grasas mantienen modificaciones en su ADN que predisponen a la recuperación del peso perdido, lo que podría explicar el fenómeno conocido como efecto rebote o yo-yo”, afirmó Virginia Busnelli, médica especialista en nutrición con orientación en obesidad
“Es fundamental considerar que la pérdida de peso no solo depende de los cambios en la alimentación y el ejercicio, sino también de los cambios celulares y moleculares que ocurren durante el proceso. Por lo tanto, los tratamientos deberían enfocarse en estrategias más integrales y a largo plazo que no solo favorezcan la pérdida de peso sino que también apunten a evitar el efecto yo-yo”, opinó la experta.

Además, señaló, “el estudio abre la posibilidad de desarrollar terapias que modifiquen esas marcas epigenéticas en las células adiposas, con el objetivo de reducir la predisposición a recuperar peso. Aunque estas intervenciones aún están en fases iniciales de investigación, representan una vía prometedora para mejorar la eficacia de las terapias contra la obesidad y minimizar el riesgo de efecto rebote”.

En tanto, Mónica Katz, médica especialista en nutrición y directora de la diplomatura de obesidad de la Universidad Favaloro, dijo a Infobae: “Hubo estudios anteriores que ya sugirieron la existencia de una memoria epigenética. El nuevo trabajo detalla el mecanismo molecular y es interesante. Nos dice que la obesidad es una enfermedad crónica y recidivante y que requiere tratamiento constante. Cuando las personas abandonan las consultas por un tratamiento con un profesional o cuando se hacen una lipoescultura, pueden volver a ganar peso por ese mecanismo”.

Los resultados sirven para tener en cuenta que “hoy se necesita crear ambientes para evitar que las personas recuperen el sobrepeso perdido o para prevenir la obesidad”, resaltó.

Esos ambientes -mencionó Katz- deben promover el acceso a los alimentos saludables, a la actividad física, y a la buena información nutricional sobre lo que se come y en las botellas alcohólicas como las de whisky o gin. “Se refuerza la idea de que hay que generar cambios en la oferta de comida y que se den porciones más chicas, entre otras medidas”, afirmó.

El médico Silvio Schraier, vicedirector Carrera de Especialización en Nutrición de la Fundación Barceló e integrante de la subcomisión científica de la Sociedad Argentina de Nutrición, comentó a Infobae: “El estudio publicado en Nature aporta detalles sobre la memoria obesogénica a partir de la investigación en animales. Históricamente sabíamos que bajar el sobrepeso es más fácil que mantenerlo”.

Un descenso de peso saludable es, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, implica reducir el 10% del sobrepeso original en un lapso de 6 meses y mantenerlo en 5 años. Si se hacen descensos mayores en lapsos más breves, se produce pérdida muscular y no es conveniente, recordó.

“Se tiende a creer que las dietas que se ponen de moda sirven y que no se recuperarán los kilos. Pero como este nuevo estudio detalla hay, por un lado, una memoria obesogénica, y eso se combina con un ambiente obesogénico, que facilita el consumo de productos que favorecen la recuperación del sobrepeso y hay más dificultades para realizar actividad física”, dijo Schraier.

Lo recomendable es que se aprenda a manejar la cantidad y la calidad de los alimentos como la actividad física diaria.

Extraído de: Infobae | Ciencia

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