El síndrome de la mano ajena, por Facundo Manes
24 de septiembre de 2017, Columna de opinión del Dr. Facundo Manes, Rector de la UF.
Es un trastorno del control motor que hace que la propia mano se sienta como si estuviera movida por otra persona.
Stanley Kubrick estrenó en 1964 un filme que parodiaba el militarismo en tiempos de la Guerra Fría. El Dr. Insólito, como se llamó la película y el personaje interpretado por Peter Sellers, padecía un trastorno llamativo: su mano derecha se movía de manera involuntaria, tanto que en un momento dado intenta ahorcarlo. Así, esta película de culto dio a conocer un raro síndrome neurológico que existe en la vida real: “Síndrome de la mano ajena”.
Se trata de un trastorno de control motor que hace que una de las extremidades superiores de las personas que lo sufren realicen movimientos involuntarios y no controlados. Es así que la propia mano se siente como si estuviera movida por otra persona. Incluso, se han registrado casos en los que las personas declaran que su propia mano ha intentado atacarlos, golpearlos o herirlos.
Gracias a las técnicas de neuroimágenes sabemos que este síndrome puede aparecer como resultado de lesiones en diferentes partes del cerebro (o en sus conexiones) involucradas en la planificación, iniciación e inhibición del movimiento.
Se reconocen tres variantes del síndrome de acuerdo con la región cerebral afectada. una es la variante frontal que se produce por lesiones en el lóbulo frontal medial izquierdo y afecta la mano dominante (la derecha, en la mayoría de las personas). La mano compulsivamente realiza tanteos para agarrar objetos que sostiene con firmeza y manipula herramientas. Quienes sufren esta variante suelen ser conscientes de que este miembro les pertenece, pero son incapaces de evitar sus movimientos.
La variante callosa resulta de lesiones en el cuerpo calloso, el extenso haz de fibras que conecta los dos hemisferios cerebrales. En este caso, se afecta la mano no dominante (la izquierda, en la mayoría de las personas). La característica principal consiste en que la mano afectada se opone a los movimientos intencionados. Así, se puede observar cómo las manos “pelean” entre ellas al intentar llevar a cabo una acción que tiene un objetivo: la mano alien puede desabotonar los botones que se acaban de abrochar.
La variante posterior resulta de lesiones en el lóbulo parietal. Afecta la mano contralateral a la lesión y se caracteriza por una actividad motora menos compleja y con poca coordinación, como la levitación de la mano, evitar el contacto con objetos y movimientos sin propósito, Las personas tienen fuertes sentimientos de extrañeza respecto de la mano afectada y es característico que la mano ajena no se mueva hacia el otro lado del cuerpo.
La mayoría de las veces la mano ajena no es e único síntoma de los pacientes. Dependiendo de la causa que genera la lesión será el pronósitco de esta afección. Pacientes con lesiones estructurales (por ejemplo ACV) tienen mejor pronóstico que pacientes con enfermedades degenerativas. Como los movimientos involuntarios pueden causar frustración en las personas, ocurre que terminan cubriendo la mano alien o se sientan sobre ella. Existen tratamientos que pueden ayudar a los pacientes, incluyendo medicaciones y técnicas específicas como el coaching visuo-espacial y la distracción de la mano afectada.
Y, como solemos destacar en el consultorio y en estas columnas, siempre es clave el acompañamiento de los efectos y la comprensión de toda la sociedad. Por eso también es fundamental contarlo a través de las expresiones artísticas y de los medios de comunicación.